domingo, 12 de diciembre de 2010

lunes, 6 de diciembre de 2010

Quietud


Esperar. Aguantar. Descansar. Aprender. Y aprehender, claro. Especular? Dormir, si, y despertar, para volver a esperar. Observar, para adentro y para afuera, todo depende de la luz con que se mire. Disfrutar. Escuchar. No escuchar. Recordar.Palpar, oler y sentir. Pensar. Proyectar. Avanzar aunque parezca contradictorio. Imaginar. Transformar. Entender. Crecer. Meditar. Naufragar, a la deriva o hacia un puerto seguro. Respirar. Morir y resucitar. Leer, pero ya no sería lo mismo. Y entonces reir, o llorar, encogerse de hombros, sacarse un moco de la nariz, hacer una bolita para que rebote en la pared de la habitación y , después de producir un ruido minúsculo, darse cuenta de que ese fue el acontecimiento mas importante de gran parte del día.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Objetivo


Deseo, deseo, dulce veneno, camino inevitable hacia la muerte y el dudoso premio en nuestro lecho final, tal vez, de cargar con la esquiva satisfacción de haber recorrido un largo camino y una vez allí, uf, la inmensa probabilidad de no haberlo conseguido, al menos en todo el gran conjunto de su idealización. Esto será así si se nos antoja ponernos pesimistas. Si somos optimistas insistiremos hora tras hora, día tras día sobre la idea, y obviamente sobre la acción, de que para lograr algo , por lo general, hay que ser consecuentes e incluso, si tenemos la mala suerte, obsecuentes como una mula blanda, portar las orejeras de un caballo, atravesar un largo camino de flores y espinas, soportar mezquindades, humillaciones, injusticias, aguantar, en fin, a fulanos y a menganas despreciables pero, también, sonrisa, la posibilidad de disfrutar de las sorpresas y las pequeñas pero importantes pautas que nos señalan que estamos yendo por la senda correcta. La meta puede materializarse en un viaje, una suma de dinero, en un amor correspondido. Puede ser una casa, un coche o un lavarropas, depende de quien. De todos modos, eterno retorno, si volvemos a ponernos pesimistas tendremos en cuenta que alguien puede desear algo hasta sus últimas consecuencias y aún así las cosas siguen sin llegar al buen puerto de un resultado correcto. Tal vez la raíz sea una proyección equivocada de uno y/o del plan. O tal vez, en ciertos casos, tenga que ver con la maldad, o la torpeza, y algo, alguien, una entidad etérea que camina por las nubes allá arriba no permite que el hambriento esperanzado se salga con la suya. Revuelvo con pocas ganas algunos cables en mi cerebro y los coloco sin ninguna dirección particular, me pongo por enésima vez en la piel de un tibio anarquista y me olvido de todo tipo de ideologías. Veamos lo que me dice el azar : Hitler y Stalin, dos obviedades indispensables a la hora de hablar del mal, lo sé, querían dominar el mundo y terminaron suicidándose el primero en un agujero bajo tierra de Berlín y el segundo, dicen, envenenado por su mano derecha. Rodriguez Zapatero, a quien algunos ilusos un poco fanáticos todavía admiran ciegamente, quiso emular con todas las fuerzas de su alma extemporánea el mensaje hippie , un mensaje importado de paz, amor y justicia económica y social bastante hipócrita ( solo hay que ver como vive él y su familia y como viven los ricos y los pobres en la “Madre Patria”), aggiornado a una actualidad esquiva que terminó arrastrando a España a una de las peores pesadillas económicas de la que pueda hacer acopio en su larga y convulsionada memoria. El gran sueño del cínico Humbert Humbert era dejar embarazada a Lolita para que ésta tuviese a otra Lolita y ésta, a su vez, a otra Lolita, un cúmulo de nínfulas a su disposición que se sucederían hasta los últimos días de su vida sexual. Y, ficción al fin y al cabo, el maduro despechado y su humor particular terminaron encerrados para siempre en una cárcel para loquitos peligrosos con el aditivo posterior de una trombosis coronaria. El Potro Rodrigo , un buen tipo atontado por las luces de las bailantas, quería ser el cuartetero mas grande del país y terminó reventado en una ruta. Un cadete quiere ser jefe pero termina sus días lleno de deudas. Un gran león corre a una velocidad pasmosa bajo el cielo prístino de una primavera africana con la intención de devorarse a un búfalo distraído pero es interceptado por una bala que pondrá fin a su vida. Un tiburón quiere comerse a un pez pequeño, indefenso, pero en el trayecto su corazón es atravesado por un arpón imprevisto.Causalidades. Casualidades. Deseo,deseo, cuales son mis deseos? No son muy complicados, creo; comento algunos : llevarme cada vez mejor con mi mujer, con mi familia, con la gente que me rodea, poder vivir, por fin, de mis múltiples talentos. Algún día me gustaría ampliar mi casa y después, otra vez, partir para escribir una nueva novela, pero en Venecia. Y sé que para eso a veces tendré que agachar en sueños la cabeza, moverme por aguas turbulentas, soportar a un montón de insoportables. A menudo pienso que, sin pretender el nirvana, la quietud es el mejor antídoto para este veneno pero el movimiento, de un modo u otro, se torna indispensable. A fin de cuentas de todo eso se trata, pero eso mejor lo vemos en el próximo post.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Lo sano


Hace un par de años, mientras nadaba, estaba convencido de que le estaba haciendo un regalo de cumpleaños a todo mi cuerpo. Y mi alma, claro. Un cumpleaños que se repetía seis veces por semana. Puedo pecar de exagerado pero es totalmente cierto, debe haber registros en la pileta del barrio. Y no es por cola de paja que lo aclaro sino porque hay momentos en los que ni yo mismo lo creo. Seis veces por semana. Es mucho. Sin embargo es una rutina que hacía con el mayor de los placeres. Así, hubo días turbios en los que era lo único que me alegraba la jornada. Me acuerdo de una vez que estaba un poco triste y para compensar me quedé dos horas, sin salir, adentro de la pileta. Los guardavidas me miraron torcido. Hubo también días buenos en los que lo único que me preocupaba era que mis piernas hiciesen lo correcto. No lo conseguí, sigo siendo un nadador del montón. Sin embargo, después de hacer incontables vueltas de pecho, de crawl,llegué a imaginar que podía vivir cien años (y si Sabina se enoja no me importa). Supongo que de vez en cuando está bueno sentirse sano, aunque a veces fume, tome remedios, beba alcohol o coca cola y coma carne roja como la sangre de una vaca recién muerta. Aprovecho este espacio para confesar que durante muchos años, creo que doce, fui vegetariano. No tomaba cosas químicas y apenas fumaba y bebía alcohol. Pero me pudo un viaje a Extremadura con sus jamones. En fin. Supongo que algún día volveré a comer ”lechuga”, palabra con la que mis allegados resumían mi dieta de aquel entonces. Tiempo al tiempo. De todos modos,dijo Buda, casi ningún extremo es bueno. A veces me gusta imaginar a un tipico ultra vegano encerrado en un cuarto de diez metros cuadrados con seis kilos de carne podrida y siete millones de moscas zumbando a su alrededor hasta dejarlo sordo. Es una imagen que podría interesarle a algún director de cine publicitario en ciernes.
Estos granos de arroz integral inmortalizados con mi única cámara digital que se me acaba de romper, una nikon entrañable de cuatro megapíxeles, acompañan mi dieta desde hace algunos pocos meses. Como ven, de a poco me vuelvo a poner las pilas con el tema. Con ellos aprendí a hacer tortillas , mi favorita es la que lleva pimienta negra y atún. Hablando de Roma, me pregunto : que pasa una vez que ese alimento está adentro de mi cuerpo? Me hará el favor de brindarme una vida mejor? O es simple materia que se va deshaciendo de a poco? como un pez abisal que se descompone en la oscuridad para darle un beneficio efímero a mi organismo. Y Ese pez, antes de morir y terminar en el fondo del inodoro, que ve durante el trayecto? Probablemente zonas oscuras que son iluminadas con sus buenas intenciones. Es lo que se supone si aprendemos la cantidad de cualidades que contiene el arroz yamaní.

domingo, 17 de octubre de 2010

Debilidad


Es curioso como la palabra “omnipotente” se parece tanto a la palabra “impotente”. Aunque las dos, por cuestiones semióticas y semánticas, permanezcan encerradas en su pequeño universo, su sentido puede ser vapuleado adrede y con facilidad por cualquier alma inquieta que se dedique durante algunos pocos segundos al día a cuestionarlas. Y ese detalle será el pilar a la hora de recordar en primer término a célebres humanos que dieron total rienda suelta al peor de sus enanos fachistas. Hitler, Sadam, Georgie, Osama…lo mas fácil del mundo sería hablar de ellos.
Pero hay otros enanos que se desplazaron y se desplazan a su antojo por el jardín de la soberbia. Anónimos y no tanto disfrazados de comandantes de a bordo, de almas desinteresadas y solidarias, de patrones o editores que dilatan. “Marcar la diferencia”, hasta el cansancio, ese es su objetivo, aprovechar las grietas que provoca la inevitable desigualdad. Pueden querer manejar objetos, dinero, tiempo, cuestiones filosóficas. Y aunque se mareen en la altura y tarde o temprano (la Historia ha demostrado la obviedad) caigan como focas golosas al antojo de los vaivenes del destino, que quede bien claro que ellos/as ( es lo que se supone que suponen) siempre estarán varios peldaños arriba del que quiere agachar la cabeza para hacerles caso. E incluso arriba del colgado que no presta atención y le da lo mismo perder ese tiempo de su trabajo, tesoro que se diluye entre las manos de estos individuos y que le pertenece, a fin de cuentas, a él solo. Plusvalía, en el caso de las acciones regaladas, mal asimilada, poco estudiada o cuestionada. Comodidad?
La impotencia de no poder lograr lo que uno quiere y transmitirla a un supuesto subordinado con amenazas veladas o sutilezas trilladas demuestran otro defecto humano aún mas grande todavía, un defecto que al mirarse sin ganas al espejo lleva puestos todos los signos de la cobardía.

domingo, 3 de octubre de 2010

Rhodesia


Pocas cosas en esta vida de traqueteos incesantes me recuerdan tanto a mi infancia como ese rectángulo cubierto de chocolate negro. O marrón, mejor dicho. Marrón como la piel de la gente del país del mismo nombre que la golosina, hoy Zambia y Zimbawe, lugares que en mí época de periodista free lance tuve la oportunidad de conocer. Recuerdo aquel otoño de baja temporada turística que salíamos de safari en el medio de una oscura y fría madrugada para encontrarnos apenas clareaba con animales aburridos de ver siempre lo mismo : humanos armados hasta los dientes con filmadoras y cámaras de fotos. África. Pero este es un dato aparte que tocaré tal vez mas tarde, en algún otro post. Lo que recuerdo e importa ahora es una infancia ya lejana que siempre, es inevitable, acorta las distancias con el presente apenas siento el sabor divino embelesando mi paladar. Un paladar que cada día que pasa, todo hay que decirlo, se empeña en ser un poco mas exigente. Así y todo esa masa pastosa y leve de limón con chocolate que apenas un segundo atrás era crujiente, funciona como una brújula en mi estómago, aunque me ponga impaciente y lo tilde de torpe. Allí dentro me dice que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos. Ok, eso lo sabemos todos. Pero ella sigue igual, diciéndome también lo mismo que me decía a los ocho , a los quince, a los veinte años, marcando siempre una dirección que señala que la vida es una sola y mientras mas amable y sencilla mejor.
Pienso que pasaría si tuviese que hacer un viaje por encargo a , pongámosle, y ya que puedo elegir, la Polinesia y en el medio del trayecto debido a un incendio o a, que se yo, una amenaza de bomba ejecutada a los gritos por un terrorista pakistaní no me quedase otro remedio que abandonar (en el medio del Pacífico, ya localizada la isla desierta, mi futuro hogar) la nave con urgencia debido a la excusa que ustedes quieran imaginar. Visualizo al capitán diciéndome( suponiendo que viaje en Aerolíneas Argentinas, aunque lo dudo) : “ Flaco, mirá, la cosa es así: te puedo dar agua y un solo alimento para dos días, tenés que elegir cual querés”. Preguntaría y al escuchar una de las respuestas me alegraría, sería un gran consuelo en medio de todo el pandemonium. Momentos mas tarde, en el aire, rogando que por favor se abra el paracaídas, sostendría con una mano un bidón de agua y con la otra, orgulloso y sin que me tiemble un dedo, yes, adivinaron, una caja llena de Rhodesias.

martes, 21 de septiembre de 2010

Brote


Y aunque me vuelva a sentir como un clon de Vivaldi al rendirle pleitesía a cada una de las cuatro estaciones, confío sin necesidad de tener que bucear demasiado en mi inconsciente que todo es parte de un juego, el medio para llegar a un fin. En este caso seguir a rajatabla el manual imaginario del buen blogger que señala que ante todo está la bitácora. Mas tarde, al pasar revista, acudiré con un paso mas allá de la mera observación, veré parte de la obra ordenada. Tal vez me sorprenda. Tal vez no. Supongo que si.
Este dibujo fue hecho hace aproximadamente un año, en Buenos Aires, un día satélite al de la primavera.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Costa


A orillas del mar un beso bajo el muelle me podrá condenar a cierta melancolía cuando vea la foto de ese momento dentro de algunos años. O tal vez me dé un buen motivo de alegría cuando despierte torcido alguna mañana con pocas horas de sueño encima. Como antídoto escucho a la vuelta del viaje las mejores canciones italianas, esas que al principio me causaron gracia y apenas mas tarde fueron motivo de un tibio escalofrío. Giacobbe, la Caselli, ellos tal vez sepan que en las sierras alguien, al escucharlos, se acuerda de un festejo cercano en las costas invernales del Atlántico.
Imaginamos en el camino a un boliviano fanático del lenguado cuya causa de insomnio una noche es la de no saber en donde comprar al día siguiente granos de mostaza para realzar el sabor del pescao mentado. O debatimos acerca de como destacaría algún amanecer en la arena la humilde imponencia de la casa de Clorindo Testa en Valeria. Pensamos en la palabra “sublime” mientras pedaleamos un mediodía por las playas infinitas, inmensas, vacías. O vemos una tarde fría cuatro torres en una plaza casi abandonada al costado de la Avenida la Plata , allí, donde se respira la Latinoamérica intensa, a pocos pasos de eso que algunos llaman parte del glamour argentino.
En cinco días pueden pasar muchas cosas pero los mejores momentos curiosamente son cuando se supone que no pasa nada. Dejo de preguntarme que pasaría si de repente todo se cubriese de nieve cuando opto por distraer los sentidos con el sabor de una manzana y el rumor de las olas. Veo una cara triste que sufre la soledad. Contemplo con cierta reverencia y ganas de tertulia literaria la puerta de entrada del viejo Hotel Ostende, me detengo también ante una pileta llena de agua sucia, mal abrigada por la sombra raquítica de una palmera. Mas tarde me dan la mano y respiramos juntos en la oscuridad. En parte gracias a esto, supongo, nos sorprendemos gratamente con mas de una sincronía y decidimos que el año que viene, sin lugar a muchas dudas, nos toca Uruguay.

jueves, 19 de agosto de 2010

Frío


Ateridos por las altas temperaturas los perros ladran con insistencia. Avisan, claro, en el medio de la noche cualquier sonido es válido. De cualquier manera uno de ellos morirá pronto. Horas mas tarde amanece. Escarcha, hielo, humo en la boca que pide un taxi despues de comprar medio kilo de pan. Y luego todo termina, o comienza al contemplar el glorioso detalle de la naturaleza, frío y tonto como actor caprichoso de la peor pelicula de Chabrol, o cálido hasta la lágrima tenue en la generosidad de su despliegue, agua helada, pura, inmóvil que suaviza con pausas la mañana.

lunes, 9 de agosto de 2010

Lo bello


Siguiendo con mi galería de rostros egregios no me tropiezo en el camino y me planteo una vez mas que sentido tiene ahondar en un concepto tan esquivo como el de la belleza. Interior,intermedia, exterior, superficial o vacunada contra todas las tormentas. Contemplo la imagen y me dan ganas de devolver la presa al mar, total a la noche me espera un plato con lentejas, la botella de vino, la sal y, que siga sonando, el bálsamo en un pedazo de pan. Ahora, pienso, con el estómago lleno, quien le habla al comensal de cuestiones estéticas? Lo único que se vislumbra en el horizonte es la siesta, o por lo menos un café descafeinado, sin sucaryl. Mucho aspartamo. Después si, tal vez miremos con asco tranquilo al pobre pescado y madruguemos pensando en porque tenemos tanta necesidad de ver el mar.

domingo, 11 de julio de 2010

Otro breve homenaje


Una rana y un búfalo tuertos miran las gotas que caen adentro del aire, sin fondo, toscas como un médano pisado por un tigre tonto. O un bambi ilustrado. Pompas telúricas tiemblan en los trenes, bueyes que bostezan, que apagan zumbando los tímpanos tópicos. Panes y laureles trotan sus tretas que truenan, zampan los solos su melancolía? Vaya uno a saber, después de todo solo sabemos aquello que nos dirige la palabra equivocada dicho en el lecho de un lenguaje perfecto.

viernes, 2 de julio de 2010

breve homenaje


Luz que desaparece, aparece, se suspende, renace y muere. La otra vez un casi amigo me dijo que le aburría todo lo que tuviese que ver con lo abstracto calificándolo, de paso, de enroscado o, en su defecto, de una manera de ejecutar el arte muy perezosa y un poco tonta.Sabiendo que en gran parte de su reducido discurso tenía razón, de todos modos intenté refutarlo y le contesté que una de las virtudes de esa línea de expresión, a mi entender, es despojarse del Todo para poder ver con claridad el detalle elegido que, bueno, también puede ser aburrido. O no. Supongo que en parte depende del grado de compromiso interno que uno tenga con lo representado. Recordemos sino, por citar un ejemplo, a un gran maestro como Zao Wou Ki.

domingo, 20 de junio de 2010

Otoño


Se va para nunca mas volver, al menos en lo que respecta al dos mil diez. El solsticio de invierno marca la diferencia, el fin, y en ciertos lugares su presencia es inevitable, arrolladora.
Los escritores, muchos de ellos, asocian el invierno con la vejez. El romanticismo acecha y quien no se imagina las últimas horas caminando en dulce y serena compañía por alguna playa desierta, sonrisa reseca, arrugada en los labios, al saber que ya se cumplieron varias cuentas pendientes.
Termina el otoño y los diseñadores textiles se frotan una sola mano ( tal vez se la metan en el bolsillo) al hacer las cuentas de lo que les queda por vender en esta temporada. Los poetas se inspiran y rompen y vuelven a llenar hojas dedicadas a la estación sublime. Los operadores turísticos que venden paquetes a , digamos, Bariloche, Chapelco o Mar de Ajó ya piensan en el verano de Punta del Este. Los barrenderos bufan ante el trabajo acumulado. Y yo? Yo que en este mismísimo instante no tengo nada mejor que hacer, enciendo la estufa, recibo con cierta nostalgia al invierno, me siento, escribo, cuelgo una foto que saqué hace poco y le dedico este pequeño post.

lunes, 14 de junio de 2010

Money


Que carucha, no? Así, al voleo, parece un rockero viejo, uno de los menos conocidos de alguna banda como, pongámosle, “Vox Dei”. Pero no, es Mister Franklin, hombre prolífico que cultivó varias artes y ciencias, decimoquinto de un total de diecisiete hermanos. Me imagino que él nunca se imaginó que iba a ser uno de los rostros que mas circulación tienen en el mundo actual. Si estuviese vivo, deliro, probablemente se hubiese asesorado con alguna buena agencia de publicidad para pedir algún tipo de cometa por uso y abuso de imagen. Y el tipo no es feo, bah, al menos no tiene cara de malo. Sin embargo está asociado con algo maldito, sucio, asesino, traidor, mentiroso…y necesario.
Dinero. Vivimos, e incluso muchas veces morimos, para conseguirlo. Nos desvivimos, nos enfermamos, nos sometemos y, ay, nos alegramos cuando lo obtenemos. Me gusta tener siempre algún billete de grueso calibre en el bolsillo pero, para serles sincero, no me deprimo demasiado si llevo nada mas que un par de monedas.Me siento liviano, tranquilo hasta que, realitas obliga, suspiro al darme cuenta que ese par de monedas no me van a servir de nada a la hora de pagar la cuenta del supermercado. Desvivirse, enfermarse, someterse y,en fin, alegrarse cuando se obtiene y se vuelve a casita con las bolsas cargadas. Un círculo vicioso. Vicio asqueroso?
Que sería del mundo sin el dinero? Se argumenta con simpleza que su existencia se justifica para evitar las ineficiencias del trueque ( uno puede necesitar algo pero el otro no) y el ser humano, cuando no, es un animal de costumbres. Que pasaría si desapareciese durante un tiempo de nuestras vidas? Nadie, me imagino, quiere volver a la edad de piedra, pongamos por caso pero, sobre todo en momentos de máximo stress, el altermundismo e ideologías adyacentes se presentan en el horizonte como utopías plausibles. Y uno, tenso, temeroso, influenciado, sueña con romper con un ladrillo extra large la vidriera de alguna ostentosa multinacional. O, ya en plena vigilia, desesperados, nos da vueltas y vueltas( no me digan que a ustedes no) la idea de robar con la careta de Batman algún banco repleto de brillantes, salvadores y sólidos lingotes de oro. Pero, burgueses como somos, terminamos conformándonos con un buen sillón y la lectura y la relectura de los ensayos de Chomsky, de Arundhati Roy ( amén de su best seller, ganador del Booker Prize, el cual recomiendo sin titubear), por citar a un par de mentes inquietas comprometidas con este tema de alcance global.
Guita, money,mosca, biyuta, morlacos y luquitas, rupias, euros y parné, canta Cadicamo.Billetes, monedas, cheques, acciones pueblan nuestros sueños y pesadillas en las que la plusvalía somete a gran parte de la humanidad. Así estamos. Así somos. Y por casa, como andamos? El oro y la plata conservan sus propiedades a pesar del paso del tiempo pero el peso argentino, me imagino, se debe sentir como alguien que envejece rápidamente y se pudre en el trayecto mientras mira a los otros, el dólar, el euro, como si fuesen un trémulo retrato de Dorian Gray.
Dinero, que levante la mano bien alto el que puede vivir sin dinero.

domingo, 13 de junio de 2010

El Loco


Un desdoblamiento. Dos socias calvas intentando ponerse de acuerdo. La proyección de uno. Dos mellizos con distinto look. Las caras de una misma moneda. Una pareja enamorada. Metáforas. El fondo es la nieve, una pared pintada de blanco, la nada, el mero papel ideal para manchar con acuarelas. Uno a veces piensa, y habla, mueren y nacen sonidos, algo que espanta o libera. Y a que lugar del alma puede llegar ese mensaje? Pienso en barreras, en puentes. Suspiro.
Hace algunos dias me preguntaron, via e-mail, desde que edad dibujaba. Contesté casi sin dudar que desde los cinco o seis años. Dibujaba partidos multitudinarios de futbol mientras soñaba con una foto junto al Loco Hugo Orlando. Me pregunto que estará haciendo mi arquero favorito en este momento, extrañará las bermudas? Pensará seguido en Cassius Clay? Mientras cursaba una materia en el ciclo básico de Diseño Gráfico (que luego abandoné por Psicología, que luego abandoné por Ciencias de la Comunicación, que luego casi abandoné por el Conservatorio de Música) me pidieron que dibujase en una hoja de considerable tamaño el momento que mas me hubiese gustado vivir en mi vida. Apenas puse manos a la obra gasté varias noches y amaneceres dibujándolo al Loco, a mi al lado de él, a los fotógrafos de “El Gráfico” inmortalizando el momento y a la cancha de Boca repleta, llena de gente. Era un domingo que siempre imaginé soleado, con el olor del río y del barrio, y en una casilla chiquita, en la bandeja mas baja, se lo podía ver pintado al Gordo Muñoz. Me pusieron una buena nota. Se notaba el esfuerzo. Sin embargo, años mas tarde, volví una y otra vez a La Bombonera y me encontré, fin de semana tras fin de semana, bajo el arco azul y oro, con un ejército de marmotas que perfectamente podrían haber sido suplantados por un solo manco, e incluso un ciego. Me desilusioné y por un momento, un solo momento del cual todavía me arrepiento, pensé en asociarme al club River Plate. Pasión por el cuadro con que uno nació y se crió, dirán ustedes. Puede ser. Hoy veo los colores de Boca y todavía me emociono, pero ya dejé de ir a la cancha.

lunes, 24 de mayo de 2010

Agua


Agua, bendita tú eres entre todos los elementos.
”Todo fluye”, dijo un gran filósofo presocrático mientras miraba como el agua de un río griego se iba para nunca mas volver a ser la misma, al margen de que tantos poetas se hayan esforzado en suspenderla en el tiempo y el papel por medio de sus epifanías.
No me imagino una vida sin agua. Necesito desesperadamente ver, al menos una vez al día, un poco de agua. Tiempo atrás, mientras hacía una terapia lacaniana con intermitencias y empezaba a ganar mis primeros pesos y pasos con la fotografía, la psicóloga de turno me preguntó cual era mi foto soñada, la foto ideal para venderle, llegado el caso, a los de la National Geographic. Le contesté que me imaginaba vestido con un traje de buzo, cámara acuática en mano, zambulléndome en algún canal transitado de Venecia. Haría un pequeño esfuerzo por llegar al fondo de esas aguas que en algún momento fueron putrefactas, me instalaría ahí, entre el lodo y el misterio y, con el sol arriba, brillando orgulloso al mediodía, esperaría a que pasase alguna góndola grandiosa, de esas atiborradas de turistas. La acción imaginada era muy simple, click, click, tomaría, invisible desde la superficie, la base de la embarcación desde allí abajo, ubicaría el sol en alguno de los ángulos de peso y la enmarcaría con el celeste poderoso de las aguas que hoy conforman los canales. Ella anotaba, no decía nada. Años mas tarde pude conocer la ciudad de Vivaldi, de Marco Polo, pero no pude hacer la foto. Las cámaras acuáticas son muy caras y me imaginé que para ejercer mi temprano oficio de buzo iba a necesitar,como mínimo, sortear un montón de obstáculos burocráticos para obtener un permiso municipal. De este modo me conformé sacándole algunas fotos a las palomas de la plaza famosa, calles, bares y canales poco transitados. Tengo las diapositivas pero no cuento con scanner, disculpen, por eso no las cuelgo.
Agua. Con ella podemos cocinar, bañarnos, relajarnos, fortalecer los músculos del cuerpo y el cerebro por medio de la natación. Nadar, lo mas parecido que encontré en esta vida a volar. Podemos, también, enfermarnos, ahogarnos, ir al Ganges y, si así lo deseamos, depositar los restos mortales de nuestros seres queridos. Nosotros, humanos defectuosos, estamos compuestos en gran parte de agua. Podemos, claro, tener sueños. Un sueño como el que me atrapó la otra noche. Yo estaba sentado en el fondo de un cráter lleno de agua, no la veía, pero sabía que alrededor, dentro de todo lo que me rodeaba, estaba la luna.La imagen era irreal, magnífica. Me costó despertarme y cuando lo hice maldije hasta despues del desayuno la absurda cotidianeidad.
Estudios de la FAO señalan que uno de cada cinco paises en vias de desarrollo tendrá problemas de escasez de agua antes del 2030. Otro dato curioso: cada vez que lavamos los platos, en un día y por lo general, estamos usando un total aproximado de 100 litros. Damas y Caballeros, habrá que ponerse las pilas y cuidar el tesoro, prestar atención, pregúntenle a los océanos si tienen dudas, ellos hace 4.000 mil millones de años que nos acompañan.

martes, 11 de mayo de 2010

Blanco


Este dibujo fue hecho en el medio del caos. Un caos interno. Sin embargo transmite muchísima tranquilidad, o no? El tipo ahí, quieto, con cara de pocker, sosteniendo un árbol de acuarelas. Lo hice apenas volví de Europa, luego de vivir cinco años en aquel continente. Allí hice mi primera exposición internacional, en Barcelona, que fue un humilde éxito, pero curiosamente desde aquel entonces no había vuelto a agarrar un pincel o, mejor dicho, una rotring.
No soy budista pero durante alguno que otro momento del día le pego en el palo, siento que logro el “dharma”, palabra sánscrita que significa “la conducta adecuada”. Lo noto en cierta tendencia a perdonarme a mi mismo, a los demás, o en un enfoque mental y estético que apunta a lo espartano.Lo básico. El efecto,bueno, a veces dura poco pero la tendencia, creo, va in crescendo. En aquel momento, mientras hacía el dibujo, lo único que me importaba era tranquilizarme. Podría haber exorcizado mis fantasmas dibujando monstruos ( tengo una simpática colección con un montón de ellos) , hectolitros de sangre, bombas atómicas, etc. Pero no. Me salió esto. Es curioso como por momentos todo se entibia, se enfría adentro de uno y logra casi el efecto deseado. Puedo, tranquilamente, hacer el mal con ese efecto pero por ahora, y espero que dure, perdure, prefiero hacer el bien. Después de todo es una elección que, me imagino, no lleva mucho tiempo. Blanco? Negro? Gris? El gris muchas veces me aburre. El negro, durante la adolescencia, podía llegar a ser tentador pero ya a esta altura, en fin, también me aburre. Hoy en día prefiero tener una superficie lisa, llana, limpia y blanca en donde pueda cavar un pozo para depositar el resto de mis colores

sábado, 8 de mayo de 2010

De repente


De donde surgen las ideas? Que matices tendrán los resortes internos de nuestro cerebro que nos llevan a tal accíón o reacción? Uno puede hacerse millonario con un destello que ilumine una zona que hasta ese momento estaba dormida adentro de nuestra cueva que casi todo, poco a poco, tarde o temprano, lo procesa. O puede abrir una puerta que nos mostrará que las cosas no son como esperábamos. O tal vez si.
Pienso ahora, y dejo vagar mi mente a su libre albedrío, en Rimbaud, en Pollock, en( porque no?) Michael Jackson. Pienso, y soy mas estricto, en Bolaño, en Jim Morrison, en mi estimado Borges. Pienso incluso en Alejandra Pizarnik. Puedo pensar en miles, millones , el mundo, a esta altura, esta lleno de ídolos, vivos o muertos, muchos de ellos con status de héroes, incluso de dioses. Humanos, como nosotros que, valga la vulgaridad, cagaron y mearon como cualquier vecino pero que supieron sacar provecho de sus ideas. Rimbaud y la Pizarnik, todo hay que decirlo, apenas pudieron ver el fruto de su cosecha, pero casi todos los demás, con la paciencia y el trabajo de una hormiga, hicieron un gran esfuerzo para poder encandilarnos. Nombres y apellidos, al fin y al cabo. Pagamos, deseamos, pensamos, copiamos, alguien dice algo y acto seguido lo hacemos propio, lo amoldamos, lo tergiversamos, lo adaptamos a nuestra conveniencia. Queremos correr esa extraña carrera, ganarla. Y parece estúpido, pero así funcionamos. La vida, a veces, es un gran teatro repleto de obviedades.

domingo, 2 de mayo de 2010

Calle


Caminante, no hay camino? A veces uno es sacudido por el tiempo o las circunstancias y se detiene en el medio de la nada. Vacío, que genera incertidumbre, o que también puede brindar las armas para decidir los colores necesarios con los que queremos pintar el resto de nuestras vidas. O buena parte de ellas.
La imagen que les muestro, es cierto, no invita a la alegría. Lo digo por los adoquines centenarios que parecen teñirlo todo de gris. Sin embargo por allí hace añares que circulan coches, colectivos, motos, gente, llueve, la luna lame las piedras y hoy, es muy probable, alguna hoja que luce orgullosa su amarillo de otoño aterriza suavemente sobre la superficie dura, muerta. Y, aunque ella señale con su caída el fin de su existencia, al ser dominada por el viento marcará una nueva dirección. Uno puede jugar a hacerse el distraído, no prestarle atención, despues de todo, a quien le importa una hoja que acaba de desprenderse de un árbol urbano? Puede darse también el caso de optar por seguir su vuelo con la mirada, hasta que se pierda de vista y nazca el mero, temprano recuerdo de su color.