miércoles, 19 de septiembre de 2012

Apuntes sobre la velocidad

Pongo el programa de quince minutos en el lavarropas. Me distraigo con un libro que se distrae con el sonido del tambor del aparato, que gira como el viento. El ruido es muy parecido al de la turbina de un avión que está a punto de despegar.

A fin de cuentas, y a grandes rasgos, el ser humano se debate a cada instante entre una verdulería y un parripollo.

A través de una carta Ginsberg le dice a Kerouac que su novela es una mierda. Kerouac deja pasar cuatro meses antes de darle una respuesta a su amigo. Contrario a lo que se supone, el tiempo no todo lo cura. Kerouac está mucho mas enojado que al principio y le dice a Ginsberg, mediante otra carta, que se vaya a la mierda. Ginsberg matiza mas o menos a tiempo ya que años mas tarde, como suele suceder, la novela de Kerouac es un éxito mundial. Pero Kerouac no se banca ser under y star y desaparece en su pueblito natal. A Ginsberg no le molesta la notoriedad, es mas, pronto se convierte en un referente de primera línea de la contracultura. De este modo el tiempo pasa, dijo el ruiseñor cubano cuando todavía tenía algo de pelo. Hace poco la vi a Patti Smith, en blanco y negro, llorando y escupiendo sobre el poema mas celebrado de uno de los popes de la generación beat.

Para llevarse algo caliente al estómago no hace falta cocinar alto guiso, una mezcla básica de ingredientes que nos demandará una hora.

Ravi Shankar, el “gurú” de moda, dice que contemplemos una uva durante horas  para, mas tarde, sentir toda la plenitud de su sabor. Sri Sri nos alecciona para que vivamos en el presente. Pero, mientras todos meditan bajo su batuta, Sri atiende su celular y le contesta al emisor con un mensaje de texto. Se detiene, mira hacia atras y hacia delante, pasado o futuro. ¿Pensará en impuestos? Se pregunta uno de los fieles, que también se distrae. Sri Sri se está tomando una licencia muy grande ya que ese acto es filmado y difundido en todo el mundo. Defensor acérrimo de la educación privada, cuenta entre sus filas con fervientes admiradores como Macri, alcalde de Buenos Aires, Tinelli, estrella número uno del espectáculo, y los hijos de Caniggia. El pájaro sigue volando en Europa, ganando millones al igual que Sri Sri.

Deja sonar el telefono para observar como las hojas de romero se sacuden con el viento.

Es muy común, y casi obligatorio, sobre todo en las grandes ciudades, el hecho de “estar ocupado”. Buena parte de mi vida entre el asfalto y el hormigón me hicieron testigo y partícipe de la vorágine. “Estoy a mil” era el equivalente a decir “pertenezco”. Y si bien era cierto, uno no terminaba de procesar nunca, ni siquiera estableciéndolo como pasatiempo de un fast food, la suma de cosas que hacía cotidianamente como un alienado. Tal vez al gritar entre la Doce un golazo ,tal vez algún fin de semana, con los pies en el agua de una pileta, después de un asado, un destello sutil abrigando algo parecido al “darse cuenta”. Pero aquello era algo pasajero, con suerte una semilla que con el correr de los años enmarcaría la experiencia.

Caliento meteoritos blandos de margarina. Le agrego las tapas de pan lactal ( esta carísimo!). En el medio del inminente tostado ( casi dos minutos de cocción) van el queso fresco, un champignon picado fino, dos pizcas de curry, una pasa de uva, una almendra triturada y una última pizca de sal, que si o si tiene que ser marina.